lunes, 18 de septiembre de 2017

Hummus tradicional

Dos recetas prácticamente seguidas de garbanzos. Sí, igual soy un poco pesada, pero ya he dicho en más de una ocasión que me encantan (¡hola mi yo del pasado que los odiaba!). Pero como es una receta tan diferente, en realidad no importa, ¿no?

El hummus es un plato muy popular en Oriente Medio, sobretodo en el Líbano (entre otros muchos países) y que se está convirtiendo en un aperitivo muy popular también en estas tierras. Porque con un poco de pan (ya sea de pita o convencional) y unos crudités de verdura (verdura cruda hecha palitos estilo saladitos, para dippear) se pica como un rey. A mi me gusta especialmente con zanahoria, aunque la manera tradicional es con guindilla o cebolleta cortada a gajos que se emplea modo cuchara.

Eso sí, para esta receta, os recomiendo que compréis tahini, que es una pasta de sésamo. Si no se tiene se puede hacer y sustituir, pero no tiene el mismo toque (o yo de momento no lo he conseguido, así que lo compro). En superficies como Alcampo o Carrefour lo encontráis sin problemas, y en sitios más naturales como el Herbolario Navarro también).

Ingredientes:

-1 bote de garbanzos
-2 cucharadas de tahini
-el zumo de un limón
-1 ajo
-pimentón dulce
-perejil
-comino (si no tenéis comino, se puede sustituir por cilantro y chili, aunque a mí me gusta tirarle un poco de cilantro igualmente)
-pimienta
-sal
-aceite
-agua

Pasos:

1- Reservamos unos pocos garbanzos para decorar. Ponemos en un bol amplio los garbanzos, el tahini, el zumo de limón y el ajo. Y luego una pizca de pimentón, perejil, comino, sal, pimienta aceite y agua (y si queréis el cilantro). Y lo picamos todo con una batidora de mano.

2- Lo más probable es que al principio sea un engrudo. El truco es ir añadiendo cada vez un poco de especias (sobretodo pimentón, perejil y comino) y agua y aceite e ir triturando poco a poco, para que quede una textura como similar al guacamole y que no quede aguado. Es una receta de ir probando poco a poco para ir añadiendo un poco al gusto, pero es muy agradecida.

3- Cuando la textura y el sabor sea el adecuado, lo ponemos en un bol para servir, y con una cuchara hacemos un surco para decorar. Añadimos un poco de perejil fresco picado, pimentón y los garbanzos, y justo antes de servir, otro chorrito de aceite.

¡Y listo! Es un entrante maravilloso que gusta prácticamente a todos, muy fácil de hacer y que se conserva bastante bien. ¡Espero que lo disfrutéis!

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